En una perfecta combinación de Pintura con «Fragmentos de lo efímero», danza y música hip hop, se cerró en el día de ayer la exposición de Enry Queiz, con mateada y tortas fritas de por medio.

En una perfecta combinación de Pintura con «Fragmentos de lo efímero», danza y música hip hop, se cerró en el día de ayer la exposición de Enry Queiz, con mateada y tortas fritas de por medio.
Hubo gran asistencia de vecinos, amigos y transeúntes, en la ciudad de San Carlos de Bariloche, se acercaron a la muestra descubriendo, que este arte, llegó para quedarse como un aporte más a la cultura del hoy y al arte contemporáneo.
Cada fragmento, extraído de diferentes ubicaciones geográficas y de diversas colaboraciones artísticas, se configura como un módulo único que refleja tanto su contexto de origen como su estilo propio. En conjunto, estos fragmentos compondrán una nueva obra: una instalación donde cada pieza aporta su propia “aura”, manteniendo el rastro de su lugar original. Esta “aura resignificada” no solo conecta al espectador con la calle, sino que le permite una experiencia de proximidad que habitualmente no es posible o no suele darse en el entorno urbano.
