«Siempre me ha fascinado la aguja, el poder mágico de la aguja. La aguja se utiliza para reparar daños. Es un reclamo de perdón» Louise Bourgeois
Lo textil, nos abriga, nos cobija, nos decora, nos expresa.

Un hilo recorre nuestras obras, a veces visible, a veces invisible, siempre latente. Late en nuestros corazones y late en nuestra cabeza, en silencio, como meditación y como necesidad.
Un acto repetitivo que calma, transporta y relaja. Un acto de creación no utilitario.
Los materiales varían, nuestras expresiones también. ¿Qué tienen en común nuestras obras? No sólo ese hilo latente que nos hilvana, también compartimos un tiempo, sus sentidos y preocupaciones: el calentamiento global, los desposeídos, los migrantes, el uso más sustentable de recursos, la exploración con materiales de desecho, nuestros mundos interiores también.

